La Iglesia necesita escuchar a todos.
«La Iglesia debe escuchar a todos. En particular, a los más pobres, a las víctimas del racismo y, sobre todo, a las víctimas de los abusos cometidos por los miembros del cuerpo eclesial». Este es uno de los mensajes que los miembros del Sínodo, que se está llevando a cabo en el Vaticano, ha querido enviar, al finalizar la primera fase que concluye el próximo domingo, a todo el pueblo de Dios.
La Asamblea, en esta carta en particular, cuyo original está escrito en francés (señal de que el autor material es francófono), reconoce que la actual asamblea sinodal «en muchos sentidos, ha sido una experiencia sin precedentes». De hecho, «por primera vez, por invitación del Papa Francisco, hombres y mujeres han sido invitados, en virtud de su Bautismo, a sentarse en la misma mesa para participar no sólo en las discusiones sino también en las votaciones de esta Asamblea del Sínodo de los Obispos».